Cada vez más, la gente busca alternativas para una dieta más saludable, como alimentos beneficiosos para el organismo.
Sin embargo, hay un detalle muy importante que puede ayudar o dificultar este proceso, que es el tipo de recipiente que se utiliza para preparar estas comidas.
El tipo de material utilizado puede interferir mucho en la parte nutricional de estos alimentos.
Por ello, es importante conocer el material y las sustancias que se utilizan en los más variados tipos de cacerolas y luego elegir la que sea buena para tu salud.
Verificar:
Para lograr el objetivo de ser antiadherente se utiliza una sustancia nociva para nuestra salud (ácido perfluorooctanoico) que se llama PFOA, y es por esta sustancia que el teflón puede ser bastante peligroso (si se ingiere en grandes cantidades), ya que El PFOA aumenta el riesgo de cáncer.
La cantidad de PFOA que se libera durante la cocción es mínima y puede considerarse inofensiva para nuestro organismo.
Sin embargo, si insistes en usar una sartén de teflón pelada, existe un gran riesgo de que partes de este teflón se ingieran con la comida y entonces sí, el peligro es mayor.
Algo parecido puede pasar con las cacerolas de aluminio.
Esto se debe a que, si se libera aluminio en los alimentos, puede ser absorbido por el organismo y, debido a su neurotoxicidad, puede asociarse con enfermedades como el Alzheimer.
Las mejores cacerolas para tu salud son: cacerolas quirúrgicas de acero, porcelana, cerámica y vidrio, precisamente porque no son tóxicas.
Sin embargo, la mejor olla para la salud no siempre es la mejor para cocinar.
Véase, por ejemplo, el caso de la bandeja de vidrio. Cualquiera que haya tenido o usado uno sabe que las cacerolas de vidrio no distribuyen el calor de manera uniforme, y es por eso que los alimentos muchas veces se queman o no se cuecen de la misma manera, además de la facilidad de romperlos, principalmente debido al choque térmico.
Las bandejas de acero quirúrgico son una de las mejores opciones. Al ser un metal estable, no desprende componentes nocivos para la salud, además de ser un material muy bonito.
Otra ventaja es que son altamente resistentes a la corrosión y al óxido y siempre están frías al tacto, sin necesidad de usar guantes térmicos.
También tenemos sartenes de hierro fundido que son súper seguras para cocinar, además de ser buenas para tu salud.
Por lo general, liberan este importante nutriente (hierro) en los alimentos, lo que ayuda a suplir las necesidades del cuerpo.
Sin embargo, no se recomiendan para quienes tienen colesterol alto crónicamente.
Estas cacerolas enumeradas anteriormente requieren una inversión considerable, sin embargo, cuentan con un material duradero y esto termina por justificarse en el precio final.
Sin embargo, si quieres una opción más asequible y buena para tu salud, puedes optar por macetas con revestimiento cerámico, prestando mucha atención a la integridad de este material.
Esto se debe al riesgo de que la cerámica se agriete y se consuma con la comida. Por lo tanto, ¡preste especial atención!
Y por último, como cualquier otro elemento de la cocina, es importante hacer una buena limpieza y mantener tus sartenes en buen estado.
Se debe prestar el mismo cuidado a otros utensilios que utilizamos para cocinar, como cucharas, por ejemplo.