¿No es sorprendente saber que nuestros cuerpos tienen alrededor del 70% de su formación de agua?
¡Y sin embargo, lo descuidamos tanto al no beber la cantidad de agua que necesita!
Eso sin mencionar que eliminamos unos dos litros de líquido al día, a través de las heces, la orina y el sudor.
Cuando el clima es así, hay un aumento de la temperatura corporal, lo que dificulta la evaporación del sudor y obliga al cuerpo a necesitar más líquidos.
Y por mucho que nos aliviemos un poco con un aire acondicionado o un ventilador, hidratar el cuerpo es clave.
Los síntomas más comunes de la deshidratación leve a moderada son: dolor de cabeza, piel seca, cansancio o sueño excesivo, boca seca, mareos, sed excesiva y disminución de la cantidad de orina.
Y hablando de orina, al observar su color, es posible identificar de manera sencilla, si estás deshidratado (y esto también es cierto para los niños).
Si tiene un tinte amarillento o pardusco, es una gran señal de advertencia.
Por otro lado, si es ligero, es una buena señal de que estás bien hidratado.
¡El agua es vida! No se puede negar.
Sin embargo, muchas personas tienen dificultades para mantener una rutina de ingesta de agua porque no les gusta, y esto puede ser un gran problema.
El consumo de agua es fundamental, pero existen otras opciones para conseguir la hidratación que tu cuerpo necesita.
Además de las bebidas en general, algunos alimentos pueden proporcionar una buena cantidad de agua.
Estos alimentos desintoxican el cuerpo, renuevan las células y disminuyen las posibilidades de desarrollar problemas de salud graves, como cálculos renales.
¿Quieres saber cómo hidratar adecuadamente tu cuerpo? Mira estos consejos:
¡Sí, estamos hablando de agua!
No hay forma de hablar de hidratación sin destacar el papel crucial que este fluido tan importante juega en nuestro organismo.
Y los beneficios no se detienen solo con la hidratación.
Cuando ingerimos agua, nuestra temperatura corporal se regula, los nutrientes se transportan con su ayuda por todo nuestro cuerpo, además de toda la ayuda que le da a nuestro sistema digestivo, eliminando impurezas de nuestro cuerpo.
Sin embargo, es importante enfatizar que debes beber agua de un depurador o filtro de agua, para que no corras el riesgo de beber agua contaminada, desencadenando virus y otro tipo de enfermedades.
Los expertos recomiendan el consumo de dos litros de agua al día, pero esto puede variar de persona a persona.
Al consumir una fruta o su jugo (sin azúcares añadidos), puedes hidratarte, además de nutrir tu cuerpo con importantes vitaminas.
Un ejemplo de esto es la sandía, que está compuesta en un 90% de agua, es diurética, antioxidante y vitamina C.
Y el aguacate, que tiene una concentración aproximada del 80% de agua, además de fibra, aceite saludable, potasio, rico en vitamina C, entre otros.
¿Y la maravillosa agua de coco que se considera uno de los líquidos dorados en cuanto a hidratación, vitaminas y sabor?
¡Consumir los más diversos tipos de tés puede optimizar su sistema inmunológico, promover la relajación, mejorar el sistema digestivo e HIDRATAR!
Consúmelos helados, prueba combinaciones como té de menta con lavanda, o hinojo con melisa, añade toques cítricos como limón, naranja e incluso maracuyá.
Los tés helados son una gran excusa para descubrir nuevos sabores y aún así mantenerse hidratado.
Ya sean cocidas o crudas, las verduras son un gran comodín cuando se trata de hidratar el cuerpo.
Eso es porque tienen una gran concentración de agua.
Empezando por la espinaca, que está compuesta por un 94% de agua, rica en fibra, además de proteínas e hidratos de carbono.
Las patatas hervidas también son una excelente sugerencia, con una concentración superior al 80% de agua, además de deliciosas.
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