Lo primero que puedo observar cuando le leo a mis hijos, es ese momento en que se acurrucan cerca de mí y me miran con esa mirada de expectación de que algo increíble está por suceder.

Aún sin entender, ellos ya saben que nuestro momento de lectura es un momento muy especial, dedicado solo a ellos, donde tanto yo como mi esposo, les ofrecemos toda nuestra atención y tiempo para entretenerlos.

Pero esto va mucho más allá del entretenimiento ... Muchos expertos afirman que un niño tiene una personalidad formada, en función de la relación que desarrolla con los adultos con los que convive, como padres, abuelos, tíos, etc ...

Por eso, nos toca a nosotros disfrutar de estos preciosos momentos con nuestros pequeños, incluso con este tiempo de lectura.

Haz de este momento algo muy agradable e interesante.

Deje que el niño elija el libro que quiere leer con usted. Esto te dará la ventaja de empezar a leer con mucho interés y entusiasmo por parte del niño.

Y si quieres regalarle un libro a este niño, dale preferencia a libros que ilustren un poco su rutina, como libros para la hora de acostarse, ir al colegio, viajar o jugar.

Por supuesto, esos libros con cuentos de hadas también son hermosos y traen muchas lecciones importantes.

Pídale al niño que vuelva a contar la historia.

No tienes idea de lo divertido y encantador que puede ser.

Mi primogénito aún no sabe leer y escribir, pero me impresiona la forma en que presta atención y puede volver a contar la historia con mucha facilidad, y cuando se olvida de algo, lo animo a que mire la ilustración y diga lo que cree que sucedió allí.

Es un momento muy hermoso y gratificante, cuando lo miro y enciendo el botón "mami babuino".

Elige un rincón especial para leer

Puede estar en la alfombra del salón, en el dormitorio o en el balcón. Lo importante es agregar valor a ese lugar.

Por ejemplo, puedes invitar al niño a poner unas almohadas, llevar sus frutas o dulces favoritos, poner esas luces de colores "intermitentes" para que el ambiente sea acogedor y agradable para tu tiempo con la lectura.

Como puede ver, todo se reduce a brindarle a su hijo una atención con mucho cuidado y calidad, ¡hacer que ame su presencia, sus historias y desarrolle buenos recuerdos para toda la vida!

Y no hay nada más precioso que eso: sentirse importante y amado, hasta el punto de que alguien te prestará toda su atención. Una lección preciosa que pueden transmitir cuando sean mayores.

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